Saturday, July 21, 2012

DOMINGO OCTAVO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS


22 DE JULIO DE 2012

Queridos Hermanos:

Somos todos, siervos de Dios. Todo lo que tenemos y todo lo que somos le pertenece a Él. Todas nuestras posesiones: cuerpo, alma, todo, es de Él. Somos sólo administradores, y se nos han dado para la custodia temporal de estos.

Al morir dejaremos de serlo. Debemos rendir cuentas de todo lo que se nos ha encomendado. No hay ninguna razón para no disfrutar de esta administración, aquí y ahora, para que al final de nuestra vida, recibamos la recompensa eterna del Cielo, por nuestra fidelidad y buena administración.

Jesucristo Nuestro Señor nos da la parábola de este día, para enseñarnos la prudencia y sabiduría. No debemos imitar al siervo injusto sino al prudente. El siervo de la parábola, ve hacia el futuro y hace los preparativos necesarios para lograr una mejor forma de vida para él.

Estamos destinados a rendir cuentas no sólo de los bienes materiales que hemos recibido, sino y algo más importante, los bienes espirituales.

¿Que hemos hecho con las miles de gracias que Dios ha puesto en nuestras manos?

¿Las gracia de nuestro bautismo, las hemos mantenido puras y sin mancha?

¿Las gracias que recibimos en una buena confesión, o aún más precioso, las gracias recibidas en la Sagrada Eucaristía?

Tantas gracias sacramentales!. Pero esto no es todo, cuantas inspiraciones nos ha mando Dios por medio de sus ministros, nuestro ángel guardia, nuestro santo patrón, incluso, nuestra propia conciencia.

Sabemos que habrá un juicio después d que dejemos este mundo, sin embargo, muchos de manera imprudente pretenden olvidarlo o bloquearlo de sus pensamientos. Pobres tontos, realmente. Su administración de bienes será quitado y no serán capaces de ayudarse a ellos mismos ni poder ayudar a los demás, ya que no ha hecho las abastecimientos necesarios.

Estas ´pobres almas serán despojadas de todo y arrojadas por toda la eternidad al Infierno. Ha tomado los atributos y los dones, de Dios, para beneficio personal.

Esta es una de las imitaciones diabólicas más débiles, ya que estos se creen ser, iguales a Dios. Mentiras de las proporciones más profundas. Todo lo bueno que se imaginan, viene de ellos, o debido a ellos y jamás se detienen a pensar o ni siquiera considerar la verdadera fuente de todos sus bienes- Dios.

Si debemos evitar este error tan terrible, debemos con frecuencia recordarnos a nosotros mismos que no somos señores, sino humildes e indignos siervos, que debemos rendir cuentas de todo. Todos nuestros bienes tanto materiales como espirituales nos han sido encomendados por Dios. Al mantener esto en mente, debemos prepararnos para este encuentro de rendición de cuentas o juicio final.

Tanto cuanto los hijos de este mundo de manera prudente se preparar para los avances mundiales, debemos hacer lo mismo nosotros pero en cuestiones espirituales. Es un comentario muy triste y lamentable el decir que los hijos del mundo son más astutos en sus caminos que los hijos de la Luz.

Con la gran cantidad de personas desempleadas, en nuestros días, vemos por doquier las promociones que invitan a la gente a mejorar su educación para asegurar un empleo o mejorar su posición en este, en el futuro.

Debemos, de igual manera, buscar mejorar y superar nuestra educación espiritual para que de manera más benéfica logremos nuestra salvación.

Debemos procurar conocer y amar a Dios cada vez más y más, para poder servirle en esta vida y así, asegurar para nosotros, la paz de nuestra conciencia ahora y el resto de la eternidad.

Todos y cada uno de nosotros somos pecadores, por lo tanto siervos injustos de Dios. Podemos redimirnos con la oración, la penitencia, las buenas obras y la caridad, y buscar ser mejores siervos cada día de nuestra vida. Debemos procurar hacer uso de todos los dones que Dios nos da, para este propósito.

El siervo bueno, no se preocupa de sí mismo, sino que emplea todo el tiempo en el bien y beneficio de su Señor.

Siempre está buscando la forma de hacer uso de todo lo que a él ha sido encomendado para ganar mayores beneficios y ventajas con Dios. Todo lo hace por el honor y gloria de Dios. Si hacemos y procuramos esto, cada día, lograremos la sabiduría que sobre pasará la prudencia del ciervo injusto, del que nos habla la parábola de hoy.

Que no se diga de nosotros que los hijos de este mundo son más sabios en sus caminos mundanos que nosotros en los caminos de Dios.

Así sea